Museografía
Ya con estos conocimientos básicos, el visitante estará preparado para circunnavegar la sala de exhibición y encontrarse rodeado de estos especímenes alienígenas, dispuesto de forma tal que explicarán la evolución de nuestro sistema solar, en un ambiente que hará sentir al visitante fuera de este planeta, bajo una atmósfera de penumbra espacial, donde cada ejemplar estará flotando iluminado con luz dirigida sólo a él, dejando los alrededores en perpetua oscuridad y en algunos de ellos a través de microscopia estereoscópica con salida a pantalla de plasma nos podremos adentrar en sus fisuras y ver detalles de sus maravillosas estructuras cristalinas. Durante este recorrido el visitante estará escuchando como música de fondo los sonidos del universo grabados por el Voyager 1 de la NASA, estos “paisajes sonoros” que son la interacción entre el viento solar y los planetas con sus lunas y anillos, presentan un modelo musical distintivo, así los anillos de Saturno suenan diferentes a Júpiter y a las lunas de Urano, lo que crearía según el Dr J. Thompson de la NASA un efecto positivo sobre la mente subconsciente.
Finalmente el visitante pasa a la sala sensorial donde tendrá la oportunidad única de tocarlos introduciendo sus manos, en un silo acrílico que contendrá las mayores piezas meteoríticas, conectándose así con el universo a través de la energía cósmica que nos regalan. Mientras escucha como música de fondo el susurro del cinturón de asteroides.